La propuesta filosófica de Husserl, recobra la discusión que se llevaba en la modernidad con respecto a la posibilidad de conocimiento -“noción trascendental en Kant”- luego de que el pensamiento occidental recibiera con los contemporáneos, marcadas y profundas críticas. Entre el vitalismo que encontramos en Niezsche y el positivismo en auge, nuestro autor pondrá en la mesa una reflexión por la realidad, pero ya no en los términos que ha planteado la tradición, ni tampoco desde la tendencia psicologísta preponderante. Husserl, matemático y músico además filósofo, plantea una ciencia de los fenómenos o ciencia descriptiva de fenómenos que se llamará “fenomenología”.

 
 

Esta ciencia no es ni psicología ni ciencia natural[1], en ella introduce la noción de “eidos” que es lo que hace que el fenómeno sea lo que es, y estudia la condición ontológica de verdad, la constitución de fenómenos en general. En buena medida la discusión de su tiempo consistía en el rol que tiene la filosofía en el saber, en el que la verdad es el resultado de métodos y criterios cada vez más pulidos, pero también del que la filosofía se encontraba cada vez más apartada. En nuestros días esto no debería ser un problema, aunque lo sigue siendo para algunas perspectivas “cientificistas”[2], porque nuestro tiempo refleja la opinión de que cada método aporta perspectivas de la verdad y no una verdad única ¿Quién puede negar que el arte, la historia, la poesía, la filosofía y otras tantas disciplinas no aportan verdad? Las reflexiones de Nietzsche y Husserl tienen mucho que ver con este punto de quiebre.

 La fenomenología pretende encontrar la posibilidad del fenómeno, su condición de ser posible. Los fenómenos, en este sentido, son eidéticos de un eidos que es su esencia. Mientras que una visión “natural” de la realidad consiste en apartar la realidad y el mundo de la conciencia, esto es mantener una distancia entre las cosas y el mundo y nosotros.

En contraposición de la postura psicologísta, Husserl expresa: “… se fundará la fenomenología pura o trascendental no como una ciencia de hechos, sino como una ciencia de esencias (como una ciencia “eidética”); como una ciencia que quiere llegar exclusivamente a “conocimientos esenciales” y no fijar, en absoluto, “hechos”.”[3]

Empero, para los modernos el fenómeno es subjetivo, es el lugar de interacción, relación entre la cosa y la “conciencia” que incluye la sensibilidad. Para Husserl lo que hay es conciencia, que es originada de la existencia. La tradición hereda de la ilustración alemana que el fenómeno es eso que se aparece y afecta la sensibilidad, para Husserl es el lugar donde me encuentro con lo otro. No va a ser lo que relaciona hombre y mundo porque esto sería en términos ontológicos, el origen del hombre es existiendo y el mundo existiendo. También conciencia es darse cuenta de lo que se experimenta intencional o no.

En esta contraposición, la fenomenología planteada por Husserl intentará dar respuesta al conflicto que se da entre el método de la ciencia y a la perspectiva con la que la filosofía aborda la realidad.

El conocimiento del mundo implica al menos dos cosas. En primer lugar el autor entiende al mundo como “el conjunto total de los objetos de la experiencia y del conocimiento empírico posible, de los objetos que sobre la base de experiencias actuales son conocibles en un pensar teórico justo”[4]. Así que de momento tenemos un mundo del que tenemos experiencia, es decir lo “percibimos”, pero este mundo no solo aporta de él lo suyo, sino que además nos permite tener una percepción de nosotros mismos en esta experiencia.

De toda experiencia tenemos una parte, la percepción que tenemos de algo desde la sensibilidad, sin embargo de ella hacemos una suerte de reducción a una esencia o idea, que nos permite retener esa parcialidad. Pero este paso no es una construcción intelectual ni es una abstracción formal, en todo caso es una ideación[5], son relaciones.

La percepción es la forma primera como el cuerpo del ser humano se relaciona con otros cuerpos y luego toda investigación fenomenológica se inicia en la percepción. La percepción es una forma de conocimiento primitivo, es la instancia primera del fenómeno, percibir y que se de algo real en este momento son la misma cosa. La intuición es una totalidad le una percepción intencional, estos momentos intencionales son de la conciencia, lo que se percibe es una parte de la intuición, el fenómeno se intuye y se percibe a la vez. Ni percibimos la totalidad, ni percibimos ideales. Esto último es algo que aportamos nosotros en esta relación.

Los fenómenos son contingentes, no son necesarios, no en términos lógicos, es algo dado, no es una instancia lógica, es una representación. El eidos es una esencia pura, se tiene como supuesto que un fenómeno es real y verdadero, porque el conocimiento parte de la existencia, y la existencia es siempre empírica. Husserl va a tratar con fenómenos puros, no de fenómenos particulares como las ciencias naturales, sino con el fenómeno en general, esto es la ciencia eidética. Husserl expone que lo que hace un fenómeno ser fenómeno, no es ni la subjetividad constituyente (entendimiento) ni la materia constituida, sino el eidos (sustancia). Con este principio se aleja de los ideales kantianos. El eidos no es absolutamente subjetivo o material, sino una entre ambas. El sujeto no ordena ni constituye, no está en el medio[6].

La intuición se aprende inmediatamente. La percepción es la forma primera, un conocimiento, pues estamos continuamente en contacto con el mundo que nos rodea, este es el origen del fenómeno. El hombre está en contacto con lo que no es él, esto no es solamente visual, no hay exclusión de los sentidos, y el sentido que siempre está en contacto con el mundo es el del tacto. Toda percepción es una plenitud, es una percepción inmediata e intencional, no es un elemento aislado de la existencia. El mundo, como hemos dicho antes, es lo que se da originariamente en la percepción, el fenómeno, no es los hechos. La percepción externa es la intuición del mundo y la percepción interna es la autopercepción, vivenciarnos en el mundo. En el caso de Descartes, la duda, el acto de pensar, afirma una existencia que duda, que piensa, desde la fenomenología, la sensibilidad también nos otorga conciencia de nosotros mismos. Respecto a esto Husserl expone:

“Yo soy – yo, el hombre real, un objeto real en sentido estrcto, como otros del mundo natural. Yo llevo a cabo cogitationes, “actos de conciencia” en sentido lato y estricto, y estos actos son en cuanto pertenecientes a este sujeto humano, sicesos de la misma realidad natural. E igualmente todas mis restantes vivencias, en cuya cambiante corriente los actos específicos del yo tan peculiarmente brillan, pasan unos a otros, se enlazan en síntesis, se modifican sin cesar.”[7]

El “mundo” se da en esa “corriente” cambiante de actos en la que tenemos vivencias. Y la “conciencia” es esa vivencia o “todas las vivencias”[8]

Las cosas son esenciales en lo fenoménico. No son esenciales en sí, es una intuición fenoménica e eidética. De las intuiciones fenoménicas surge una intuición esencial o eidética. Luego se tiene noción del concepto de cambio de orden (juicio). Dentro del orden de lo existencial se toma algo sin cambiar de orden, se produce una intuición esencial y de allí surge el concepto, sin salir del orden de lo existencial.

Se pretende mirar la realidad antológicamente, lo más real y lo más verdadero. Las intuiciones esenciales son en espacio y tiempo porque permite la continuidad existencial, espacial y temporal. Le permiten a la conciencia ser una, puedo decir que soy, es una experiencia fenoménica perceptiva elemental: el coestar.

Esto se da porque se percibe una coexistencia continua de las cosas que constituyo y la conciencia de sí con el mundo es una unidad. No se puede decir que es una construcción subjetiva, pero tampoco objetivo, es el eidos; porque las cosas en el mundo están juntas, no es subjetivo, pero en el mundo las cosas no tienen espacio, luego no es del todo objetivo, es un eidos, es subjetivo pero tiene algo que está en dependencia con el mundo fenoménico.

La intuición del tiempo viene dada a partir de la permanencia de las experiencias anteriores en un continuo diluirse o como hemos dicho: una corriente cambiante. Las percepciones son continuas y se van diluyendo y se crea el eidos de una estructura esencial. Para percibir el tiempo se tiene que percibir el espacio, porque se percibe al mundo, y luego, se tiene conciencia de que se percibe el tiempo. El tiempo es pasado y anticipación, cada ahora tiene un pasado y un futuro que es la anticipación, tendencia al futuro.

El conocimiento[9] se da en la intuición esencial, que además, permite pensar en el existente y también en lo posible. Tiene carácter constructivo del conocimiento, se descubre la que hay en el mundo y hace el mundo efectivo y real. La intuición esencial es una experiencia, es aprender un fenómeno “objetivamente” y a la vez “subjetivamente”; la experiencia es un acto de significación conciente sobre la percepción, es un saber preconceptual o preconciente, luego se llega el eidos. La intencionalidad tiene que ver con las experiencias y no todas las intuiciones perceptivas son experiencias.

 

[1] Husserl, Edmund. “Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica”. Edit. Fondo de Cultura Económica, México, DF. 1692 Pp.9

[2] Referencia a la opinión de que la verdad responde a la correspondencia y es producto del método científico y sus derivados (estadísticos, etc)

[3] Husserl, Edmund. “Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica”. Edit. Fondo de Cultura Económica, México, DF. 1692 Pp.10

[4] Husserl, Edmund. “Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica”. Edit. Fondo de Cultura Económica, México, DF. 1692 Pp.18

[5] Husserl, Edmund. “Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica”. Edit. Fondo de Cultura Económica, México, DF. 1692 Pp.22

[6] Husserl, Edmund. “Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica”. Edit. Fondo de Cultura Económica, México, DF. 1692 Pp.75

[7] Husserl, Edmund. “Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica”. Edit. Fondo de Cultura Económica, México, DF. 1692 Pp. 75

[8] Husserl, Edmund. “Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica”. Edit. Fondo de Cultura Económica, México, DF. 1692 Pp. 75

[9] Husserl, Edmund. “Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica”. Edit. Fondo de Cultura Económica, México, DF. 1692 Pp.116

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